Y llegó para quedarse.
Este gatito que ven aqui, se llama Romoletto. Lo trajo Leo a casa hace unas pocas semanas y ya no se quiso ir. Por días estuvimos buscándole su casa y nadie lo conocía, no parece un gato callejero porque estaba muy limpiecito cuando llegó y se dejaba tomar en brazos.
Leo y Lola poco a poco lo han aceptado, ninguno de los dos lo agrede, solo Lola no le gusta que se le acerque, basta que la deje tranquila y ella lo ignora (esta gata es verdaderamente especial).
Pero Romoletto es muy latoso, no les da un minuto de tregua, todo el tiempo quiere jugar y es bastante pesado en sus juegos, a Leo lo hace llorar (y eso que Leo es mucho más grande que él).
Ya lo llevamos a vacunar y desparasitar y dentro de algunos meses pasará la misma suerte de Leo y lo tendremos que esterilizar. No hay de otra.
Como no nos lo pudimos quedar, convencimos a mi suegra y lo adoptó ella. Solo que por el momento lo tenemos en casa, asi se acostumbran nuestros gatos que deberán estar por fuerza con él cuando nos vayamos de vacaciones.
Romoletto es un sinverguenza completo, como ya les dije, es pesado en sus juegos, no deja tranquilos a mis gatos y encima se hace perdonar con una facilidad increíble (tiene unos ojos dulcisimos que te miran con tanto amor, que te lo crees).
Agarra vuelo corriendo y, como Tarzán, se cuelga de unas cortinas que tenemos que parecen lianas, ahi permanece balanceándose hasta que se cansa.
Come de todo, al contrario de Leo y Lola que no comen otra cosa que comida de gato y alguna que otra vez un pedacito de pan dulce, este gato se come todo lo que le ponemos enfrente, hasta ensalada, por muy increíble que parezca.
Para cerrar su presentación, les cuento una particularidad de este gato que yo no había visto jamás en un animal.
Cuando tiene sueño, se enrolla sobre si mismo y comienza a chuparse un dedo de alguna de sus dos patitas traseras y con las delanteras empuja como cuando son pequeñitos y lactan.
Al principio pensabámos que tenía alguna espina o le hacía mal las patitas, pero no, no tiene nada, simplemente es su manera de dormir, no se lame, les aclaro, se las chupa y hace el rumor como cuando maman de la madre. Cosas extrañas de los gatos. Tal vez cuando crezca se le quitará la costumbre, mientras tanto es curiosísimo verlo todo enfrascado chuparse el dedo hasta que se queda dormido.
Sonaba mientras escribía:
Quella che non sei - Ligabue
maxymari@gmail.com
Escrito por BLo a las 28 de Julio 2004 a las 02:00 PM